En las declaraciones de Lucía Lapiedra, cuando decidió abandonar el porno para unirse sentimentalmente a Pipi Estrada, la exestrella del X nacional repetía que su futuro estaba ligado al cine convencional. Difícil lo tiene la actriz madrileña, pues el paso del porno al cine no es un camino fácil para aquellos actores y actrices que han practicado el sexo delante de las cámaras. La propia Lucía, que ha tenido dos pequeños papeles en ‘Torrente 3’, de Santiago Segura, e ‘Isi Disi 2’, de Miguel Ángel Lamata, puede dar fe de ello: en ambos filmes su presencia era testimonial y no aparecía en pantalla más de cinco segundos.
Antes que Lucía tuviera esos cinco segundos de gloria en el celuloide, otras actrices habían probado suerte en el “crossover”. La pionera, como en casi todo, fue María Bianco, quien consiguió un papel en el mediometraje ‘Monjas atrapadas’, de Jesús Garay. Su estela la siguieron Bibian Norai, que tiene una interesante filmografía como actriz convencional, con pequeños papeles en ‘Lo mejor que le puede pasar a un cruasán’, de Paco Mir, ‘Cien maneras de acabar con el amor’, de Vicente Pérez Herrero, o ‘Ellos robaron la picha de Hitler’, de Pedro Temboury; Sophie Evans, con un divertido estriptis en ‘París-Tombuctú’, de Luis García Berlanga; Zuleidy, que acompaña a Lucía Lapiedra en la breve secuencia de ‘Isi Disi 2’; Eva San Marcos, quien hace una aparición estelar en “Ellos robaron la picha de Hitler”; o Celia Blanco, la estrella del X que más ha insistido públicamente en su deseo de tener una oportunidad en un cine que no sea sexual y que participa en el filme ‘El horror de la dama del lago’, de Diego Vázquez, la película para televisión ‘Mar rojo’, de Enric Alberich, y el cortometraje ‘Fascículos’, de Óscar Pedraza.
Sin embargo, en ningún caso, la intervención de una actriz de cine X en una cinta comercial ha pasado de ser una mera anécdota. No es el caso de Nacho Vidal, verdadero paladín del “crossover” en España. Nacho consiguió, casi por casualidad, un papel secundario en ‘El alquimista impaciente’, de Patricia Ferreira, cuando la directora vio su cara en un hotel de Valencia y comprobó que tenía los rasgos del personaje que andaba buscando. Su interpretación del mafioso ruso Vassili le abrió las puertas de un tipo de cine en el que ha repetido con ‘Va a ser que nadie es perfecto’, de Joaquín Oristrell, donde encarna a un portero de discoteca. Además de un papel de mayor enjundia en el primer capítulo de la segunda temporada de ‘Los simuladores’ y cameos con frase en diversos episodios de ‘Los hombres de Paco’, ‘Jet Lag’ o ‘El comisario’, el rey del porno español ultima el guión de una película de acción en lo que puede suponer su definitivo paso al cine convencional.
Publicado en Interviu en febrero de 2007.