Sombras del pasado

En el Festival de Cine de Berlín de 2004, la película ‘Contra la pared’, de Fatih Akin, consiguió el Oso de Oro al mejor director y el premio de la prensa internacional. Aquel filme, un relato sobre la vida de la comunidad turca en Hamburgo, estaba protagonizado por Sibel Kekilli, una actriz alemana de origen turco descubierta por un director de casting en un centro comercial de la ciudad alemana que, para toda la prensa especializada en cine, hacía se debut en el campo del largometraje. La historia de Kekilli era la de Cenicienta, una chica de origen humilde, de familia islámica, nacida en una pequeña ciudad de Baden-Wurttemberg que había trabajado en los más variados oficios, desde camarera hasta dependienta de una tienda en Hamburgo, que, de la noche a la mañana, se convertía en musa de uno de los directores más interesantes del momento y en una actriz con una proyección internacional.

Unos meses más tarde, la opinión pública descubrió que, entre los redactores del diario sensacionalista Bild había un curioso periodista. O era un crítico de cine X aficionado con muchos conocimientos o era un compulsivo consumidor de porno con poco criterio. El caso es que el redactor del diario alemán desveló que aquella actriz de 24 años que había impresionado a los cinéfilos con su interpretación del personaje de Sibel en la película de Akin era la misma que, entre 2001 y 2002, había participado en una docena de películas porno con el seudónimo de Dilara.

Sibel Kekilli.

Todo el mundo tiene un pasado y el de Sibel Kekilli salió a la luz a raíz de su triunfo en el cine convencional, como si la hipócrita prensa amarilla germana quisiera hacer pagar a la actriz por un éxito inesperado. La revelación de Bild provocó numerosos problemas personales y familiares en la emergente estrella del cine germano. Por ejemplo, su padre confesó que creía que Sibel trabajaba «en el ayuntamiento», se negó a perdonarla y afirmó que no quería «volver a verla en la vida» Pero Kekilli reaccionó ante la ofensiva mediática con orgullo. No se arrepentía de su pasado y acusaba a la prensa sensacionalista de “violación mediática”. Sus compañeros de profesión, capitaneados por Akin, mostraron su indignación por lo que consideraron una intromisión intolerable en el pasado de una actriz que había demostrado en el cine convencional su valía y consideraron irrelevante que, antes de triunfar en las salas de todo el mundo, Kekilli hubiera tenido que ganarse la vida follando delante de las cámaras.

Antes de convertirse en estrella del cine comercial en “Contra la pared”, de participar en una decena de filmes en Alemania y de dar el salto a las series televisivas de éxito, primero en su país y luego en los Estados Unidos con ‘Juego de tronos’, en la que interpreta a Shae, Sibel Kekilli trabajó para las principales productoras de cine alemán (Magma, Videorama, Imperial, Multi-Media-Verlag) en una serie de filmes que incluían escenas de sexo explícito.

Ocho años más tarde, cuando Kekilli parecía haber borrado la letra escarlata que le grabó Bild para intentar desprestigiar su trabajo y triunfaba en ‘Juego de tronos’, los medios volvieron a la carga con su pasado revelando, por su alguien lo había olvidado, que la joven que deslumbró en una de las series de culto de las televisiones de todo el mundo fue, diez años atrás, una actriz porno. Una pornostar del montón, que se tomaba tan en serio su trabajo como ahora lo hace ante todos los focos y todas las miradas.

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