El hombre del pelo tatuado

Pocas veces el porno ofrece la oportunidad a uno de sus actores de convertirse en estrella del cine convencional. Si acaso, los antecedentes de actores o actrices que han logrado eso que los americanos llaman “cross over” se limitan a pequeños papeles secundarios en películas comerciales. Baste recordar que Ron Jeremy, el actor de cine X que en más ocasiones ha trabajado en películas convencionales, nunca pasó la barrera de ser un actor de reparto en las producciones en las que participó. La única excepción a esta regla la constituye la norteamericana Sasha Grey, quien ha sido protagonista de filmes como ‘The Girlfriend Experience’, de Steven Soderberg, u ‘Open Windows’, de Nacho Vigalondo.

Todavía es más complicado que un actor X llegue al cine comercial si se trata de un intérprete del circuito gay. François Sagat, nacido en Cognac (Francia) hace 41 años, lo logró casi sin darse cuenta. Dos películas protagonizadas por el musculoso actor de cine X gay se presentaron a la vez en la 63 edición del Festival de Film de Locarno, celebrada en agosto de 2010. Locarno es el certamen que representa mejor que ninguno el tipo de cine árido y pensativo que gusta a una categoría de cinéfilos surgida a mediados de los años 60, al calor de los cine-clubes y las revistas especializadas como ‘Cahiers de Cinéma’.

Sagat trabajó como modelo desde los 18 años, cuando marchó a París para trabajar en el mundo de la moda y para estudiar diseño. En tres años, el joven galo acabó saturado de un mundo que le apasionaba y decidió continuar su carrera por otros derroteros. Primero como modelo fotográfico en revistas de orientación homosexual y, desde los 25 años, como actor de películas de porno gay. Seis meses después de su debut en Francia, Sagat aceptó una oferta para trabajar en los Estados Unidos, donde debutó en la película ‘Arabesque’, de Chris Ward.

François Sagat en ‘Homme au bain’ (Christophe Honoré, 2010).

Fue en América donde el actor francés alcanzó la fama. En primer lugar por una característica física que lo hacía singular respecto a sus compañeros de profesión: Sagat lleva el pelo rapado al cero y, en su lugar, se ha tatuado un pelo artificial, de color negro, con el que parece que lleve el cabello cortado casi al rape. Más tarde, el público americano de filmes gay apreció su trabajo en películas como ‘Breathless’ o ‘Funhouse’ y su versatilidad para desempeñar cualquier tipo de rol en la relación sexual.

La oportunidad de introducirse en el cine convencional le llegaría en 2009, cuando Sagat participó en un pequeño papel en ‘Saw VI’, la antepenúltima cinta, hasta el momento, de uno de los slasher más exitosos del siglo XXI en el cine de terror extremo. Ese salto fue definitivo para que un director como Bruce Labruce, el realizador canadiense que con mayor éxito ha experimentado en el campo de la creación en películas de temática homosexual, lo eligiera para protagonizar ‘LA Zombie’, un curioso pastiche de cine sexual y terrorífico que narra la historia de un extraño ser, surgido de las profundidades del mar, que llega a Los Ángeles para resucitar muertos a base de polvos. La película, plagada de efectos especiales (entre ellas un pene de mentiras con extraña protuberancia que exhibe el propio Sagat), se convirtió en poco tiempo en uno de esos filmes de culto que exploran la débil frontera que hay entre el cine erótico convencional y el cine pornográfico.

El siguiente trabajo de Sagat en el cine convencional fue el que le procuró mejores críticas y el reconocimiento de ser algo más que un actor que solo sirve para follar, llegó de la mano del prestigioso director francés Christophe Honoré, cineasta, escritor y guionista, quien le dio el papel protagonista en ‘Homme au bain’, un filme que relataba las peripecias de una pareja a punto de acabar su relación, y en el que compartía créditos con la actriz Chiara Mastroiani.

En mayo de 2013, François Sagat anunció su retirada del cine X. Su idea era intentar proseguir su carrera en el cine convencional, pero sus deseos se quedaron ahí. Un par de papeles en los cortos ‘Remember me’, de Nicolas Martin, y ‘Don’t Panic, I’m Islamic’, de Elvis di Fazio y Ron Wan, son sus únicas incursiones en el cine no pornográfico, aunque el antiguo mito del porno gay ha triunfado como diseñador de su propia marca de ropa interior, ‘Kick Sagat’, que promociona él mismo como modelo.