Fade to Black

Una mirada desgarrada hacia la puerta de entrada de la industria del cine para adultos proporcionó a Paul Thomas todos los premios del sector, además de lograr un extraordinario éxito de ventas con un filme tan crudo como real, en el que el exactor se muestra como un magistral director.

Fade to black. EEUU. 2001.

Actores: Taylor Hayes, Taylor St. Clair, Dale Dabone, Tony Tedeschi, Julie Meadows, Voodoo, Marissa Arroyo, Joey Ray, Adajja, Riki Lixxx, Jason McCain, Mark Wood, Erik Everhard, Paul Thomas.

Producción: Paul Thomas.

Dirección: Paul Thomas.

Desde que, en 1988, Paul Thomas comenzara su exitosa carrera como director de películas X después de 14 años dedicado a la interpretación, el realizador de Illinois ha sido uno de los habituales en la ceremonia de los AVN Awards. Desde 1991, cuando ganó el premio al mejor director por “Beauty & the Beast 2”, Thomas ha coleccionado siete estatuillas mientras que sus películas han copado el palmarés en los más prestigiosos premios del cine para adultos en cada una de sus ediciones.

De todos los galardones que ha conquistado Thomas, el que más mérito tiene es el que logró en 2002 por “Fade to black”, un filme que se alzó además con otras siete distinciones, entre ellas la de mejor película del año y mejor guión. Y tiene mérito porque “Fade to black” realiza la mejor disección sobre el cine para adultos que se ha hecho jamás desde dentro del propio porno a través de la historia de una pareja de novios que viaja a Los Angeles con la idea de introducirse en la industria del cine X. La visión desencantada de Paul Thomas sobre un mundo en el que ha trabajado desde hace casi 30 años cautivó a la crítica y el público, hasta el punto de que el filme fue uno de los más vendidos durante los dos años siguientes a su producción.

“Fade to black” muestra al mejor Paul Thomas, un director que ha evolucionado desde las películas orientadas a las parejas de sus inicios hasta un tipo de cine que cada vez se aproxima más a los cánones del porno primitivo, ya que sus filmes contienen una importante carga dramática y una estructura narrativa plenamente cinematográfica, sin olvidar la tensión sexual propia de las cintas del género. Así lo ha considerado la crítica especializada, que califica a “Fade to black” como la “mejor película de su director” a causa de su capacidad para hacer sentir emociones reales y retratar personajes, como la pareja protagonista, que se pueden encontrar a cientos en las agencias para modelos porno de Los Angeles.

TAYLOR HAYES

Nacida el 14 de enero de 1975 en Grosse Point (Michigan), en el seno de una familia con graves problemas de alcoholismo, Hayes creció en Dallas, donde llegaría a integrarse en un grupo de Alcohólicos Anónimos y donde se le despertó su vocación de pornostar al ver un vídeo de Ginger Lynn en la televisión de su casa. Comenzó a bailar en diversos clubes hasta que, en 1994, la revista Penthouse la tentó para posar desnuda en sus páginas. A finales de 1995, viajaría a Los Angeles para debutar como actriz porno. Con sus volcánicas interpretaciones, Hayes llamó la atención de las productoras que se la rifaban para que actuara en sus películas. Entonces conoció al director Seymore Butts, con el que compartiría amor y trabajo, con el que tuvo un hijo en el verano de 1996 y con el que rompió un año después. Su carrera se ha relanzado en los últimos años, gracias al auspicio de la Vivid.

PAUL THOMAS

Durante 14 años, Thomas fue un actor sobrio y elegante, con una agitada vida personal, llena de breves romances con compañeras de profesión (Annette Haven, Veronica Hart, Christian Heller, Honey Wilder) y algunos problemas con la ley (pasó un año en la cárcel por tráfico de drogas). Mas su trascendencia en la historia del género la adquirió como director y productor, ya que Paul Thomas representa la esencia de la factoría Vivid: películas políticamente correctas, de hermosa factura visual y con relaciones sexuales “convencionales”. Acusado de conservador por sus detractores, Thomas, que ha filmado cintas como “La masajista”, “Bobby Sox” o “Fade to black”, es de los pocos realizadores preocupados por la pérdida de narratividad del porno actual. Y así se lo ha reconocido la propia industria, ya que tres de sus películas han conseguido el máximo galardón en los AVN Awards de los últimos cuatro años.

Publicado en Interviu en enero de 2006.

Mensajera de lujuria

Supeditando una historia de ciencia-ficción a los aspectos estilísticos, Justin Sterling realizó en 1995 su película más personal. Con una brillantez visual poco común en el género, Sterling utilizó toda su imaginación para hacer una nueva lectura del cine X futurista que impacta por su originalidad.

Lust Runner. EEUU. 1995.

Actores: Taylor Hayes, Jordan St. James, Nici Sterling, Sofia Ferrari, Tammi Ann, Kaitlyn Ashley, Jeanna Fine, Steven St. Croix, Peter North, T.T. Boy, Bobby Vitale, Jake Steed, Jay Ashley.

Producción: Justin Sterling.

Dirección: Justin Sterling.

A partir del éxito de ‘Latex’, la productora VCA encontró la fórmula sobre la que aplicar sus grandes presupuestos al cine X de calidad. Bastaba con recurrir a la ciencia-ficción como excusa y dejar el trabajo en manos de directores con suficiente oficio como para hacer el producto atractivo.

En la VCA trabajaba un joven director artístico que había crecido cinematográficamente a la sombra de Michael Ninn, cuando éste trabajaba para Western Visuals. Justin Sterling realizó un trabajo impecable con Ninn en ‘Orquidea negra’ y, como aquél, fue contratado por la productora californiana. Sin embargo, el dúo se disolvería poco después, cuando sus carreras continuaron por caminos divergentes. Ninn realizaría las dos obras maestras de los 90 y se convertiría en el rey del nuevo cine X americano, mientras que Sterling, que ya había empezado a dirigir sus propios filmes, reforzaría su esteticismo con un cine de calidad en el que privaba más la imagen que los personajes o las situaciones en las que se ven envueltos.

Combinando los seudónimos de Justin Sterling y Michael Santangelo, el antiguo director artístico emprendería una trayectoria en la VCA en la que, con un estilo muy similar al de los reportajes de moda, ofrecería su especial visión del cine X. Su sexta película para la productora fue ‘Mensajera de lujuria’, un extenso filme de alto presupuesto en el que se aprecian todas sus características creadoras. Heredero de la concepción del cine para adultos de visionarios como Rinse Dream, Richard Mahler, Gregory Dark o el propio Michael Ninn, Sterling es partidario de combinar el arte con el sexo más perverso, pero añadiendo unas gotas del estilo de Andrew Blake, uno de sus directores más admirados.

‘Mensajera de lujuria’ contó con un presupuesto de 150.000 dólares, la mayoría de ellos empleados en la suntuosa ambientación de los decorados y efectos especiales y el extenso reparto de primeras figuras del género. Sobre la base de una historia que recuerda lejanamente a ‘Cafe Flesh’, Sterling construyó una película en la que el mayor valor reside en sus aspectos estilísticos. Sterling monta las escenas con un ritmo frenético y, pese a contar con una trama elaborada, supedita la acción a una carga visual que se transforma en un verdadero torrente de imágenes sugestivas. Ayudado por unos laboriosos efectos de imagen, el director combina el sexo más atrevido con la plasticidad que le proporciona la técnica en un delicado monumento al erotismo que supone una revisión del cine X de ciencia-ficción.

Pese al éxito que cosechó entre los aficionados, ‘Mensajera de lujuria’ tropezó con el obstáculo de ‘Latex’. El hecho de que el antiguo colaborador de Sterling Michael Ninn realizara el mismo año una de las obras maestras del porno de los 90 eclipsó el reconocimiento por parte de la crítica de una de las películas visualmente más atractivas de los últimos años. La apuesta por una estética novedosa de Justin Sterling pasó demasiado desapercibida en la industria a pesar de descubrir a un director cuyo oficio y personalidad se encontraba a años luz de la mayoría de realizadores de porno en su época.

TAYLOR HAYES, SEGUIDORA DE GINGER

Taylor Hayes descubrió el porno cuando vio a Ginger Lynn en ‘The Pleasure Hunt’ y decidió que quería ser como ella. Nacida en Dallas en 1975, Hayes se educó en una familia con graves problemas de alcoholismo. A los 18 años ya era bailarina en clubes para hombres y, en 1994, posó para la revista Penthouse. Un año después debutaba en el cine X al firmar un contrato con la VCA. A partir de ese momento, su vida pasó a ser frenética: protagonizó una veintena de películas para su productora (entre ellas, ‘Mensajera de lujuria’ y ‘Bare Essentials’), mantuvo una relación amorosa con el realizador Seymore Butts y tuvo un hijo con él en el verano de 1996. Un año después se convirtió en «chica Vivid» y, en consecuencia, en una de las actrices mejor pagadas de la industria. Sigue en activo como una de las mayores estrellas de la actualidad.

SINOPSIS ARGUMENTAL

En un futuro más o menos lejano, el sexo es ilegal y se castiga duramente a aquellos que contravienen las leyes. Pero la tecnología permite viajar a través del tiempo y esa circunstancia es aprovechada por quienes albergan deseos sexuales para retornar a tiempos en los que la relación carnal no era tabú. El sistema, sin embargo, en previsión de una diáspora continua, ha creado un cuerpo especial de cazarrecompensas para detener a aquellos pasajeros del tiempo que buscan el placer en los tiempos pasados. Uno de estos mercenarios antisexuales saldrá en busca de los ciudadanos insatisfechos en un azaroso viaje por el espacio y el tiempo hasta que, en su búsqueda, se encontrará con una insólita sorpresa.

Publicado en Interviu, dentro de la colección ‘Las mejores películas del cine X’, en septiembre de 2001.