X en serie

El estreno de ‘Los Soprano’, en enero de 1999, marca el comienzo de la llamada tercera edad de oro de las series de televisión, según la definición de Brett Martin. Pero, a diferencia de las anteriores edades de oro que vivieron las ficciones televisivas, en esta el porno ha tenido cierto protagonismo en tramas y personajes. Con independencia de ‘The Deuce’, la serie de David Simon que retrata los inicios del cine porno en Nueva York a comienzos de los 70 y que merece un artículo aparte, estas son algunas de las series en las que el cine X ha tenido presencia de forma notable.

Hard (Francia, 2008-2015, 3 temporadas): Creada por Cathy Verney, ‘Hard’ es la serie que más se ha aproximado al mundo del porno, a la espera del estreno de ‘The Deuce’. Cuenta la historia de una mujer que, al quedar viuda, descubre que su marido era propietario de una productora X y se pone al frente de ella. Protagonizada por Natacha Lindinger, la serie francesa tiene la habilidad de retratar, con bastante precisión, los estereotipos del porno galo.

A dos metros bajo tierra (USA, 2001-2005, 5 temporadas): En la serie de Alan Ball, el porno está al mismo nivel que el sexo, es decir, presente de alguna manera en las cinco temporadas de las que consta. Pero hay un capítulo, el quinto de la primera temporada, que rinde tributo al mundo del porno clásico, al explicar la historia de exactriz X que muere electrocutada en su bañera de forma accidental. En todo el episodio, la presencia de la antigua estrella del porno se hace evidente para quienes han de embalsamar su cuerpo, mientras que el funeral se convierte en el sentido homenaje a una persona que hizo con su vida lo que le apetecía y, además, defendió la libertad de expresión. Para rematarlo, el papel de la finada está protagonizado por la leyenda del cine para adultos Veronica Hart.

Rick D. Wasseman interpretando a Harry Reems en ‘Swingtown’.

Swington (USA, 2008, 1 temporada): Clausurada después de una sola temporada, ‘Swingtown’ es el típico ejemplo de serie emitida en la cadena equivocada. Para la generalista CBS, la historia de un matrimonio conservador de mediados de los 70 que conoce el intercambio de parejas gracias a sus vecinos liberales fue excesiva para su audiencia. En uno de sus episodios, los vecinos organizan una fiesta en homenaje al actor porno Harry Reems para recaudar fondos con los que pagar su defensa legal ante las denuncias judiciales a las que hubo de hacer frente por su participación en ‘Garganta profunda’.

Hung (USA, 2009-2011, 3 temporadas): Una serie en torno al tamaño de un pene. Tras su divorcio, un oscuro profesor de gimnasia de los suburbios de Detroit es empujado por una amiga suya a vivir del tamaño de su descomunal pene, principalmente como gigoló. Aparte de que ‘Hung’ juega durante sus 30 episodios con el tema de si el tamaño importa, sobre ella planea la sombra del porno, una profesión que su protagonista se plantea ejercer para sacarle más provecho al prodigio natural que tiene entre las piernas.

Magnifica 70 (Brasil, 2015-2018, 3 temporadas): En plena dictadura militar, en la época de las pornochanchadas, un aburrido censor cinematográfico entra en contacto con una productora de porno y se convierte en director de películas X. Este es el marciano argumento de esta serie con aroma a folletón suramericano pero con grandes escenas sexuales, una trama divertida y un importante trasfondo de crítica contra la dictadura y a favor de la libertad de expresión. Producida por la HBO, con estrellas brasileñas que enseñan cacho y una gran dosis de morbo.

Magnifica 70.

Ley y Orden U.V.E. (USA, 1999-en emisión, 18 temporadas): Serie policiaca de manual que tiene la característica de tratar casos relacionados con la violencia sexual, lo que abrió la puerta al porno en algunos episodios. El más significativo es el quinto de la decimosexta temporada, que cuenta la violación de una actriz porno que acude engañada a un cásting y que sirve para reflexionar sobre la condición de estrella del cine X de su protagonista.

Submission (USA, 2016, 1 temporada): Concebida como miniserie de seis episodios y surgida al calor del éxito de ’50 sombras de Grey’, ‘Submission’ cuenta la historia de una joven con una vida sexual insatisfecha que conoce los placeres del BDSM al leer una novela erótica. No pasaría de ser una serie oportunista si no fuera una creación de Jacky St. James, laureada realizadora de porno chic, quien también dirige todos los episodios. Para ser más golosa, la serie cuenta en su reparto con varias actrices X: Skin Diamond, Sara Luvv o Vicki Chase.

Californication (USA, 2007-2014, 7 temporadas): Un adicto al sexo que quiere portarse bien pero siempre acaba metiendo la pata. De eso va esta serie protagonizada por el famoso Mulder de ‘Expediente X’. Las andanzas sexuales de Hank Moody (David Duchovny) se prolongaron durante siete años, si bien las dos primeras temporadas de esta serie atrevida y llena de sexo son, con diferencia, las mejores. En el segundo episodio de la primera, Moody se liga a una chica que resulta ser una actriz porno. La interpreta Brooke Banner, estrella del triple X en activo desde 2002 y que sigue en la industria para adultos en escenas reservadas a MILF’s.

I Love Dick.

I Love Dick (USA, 2016, 1 temporada): Una de las series del año, que adapta el libro homónimo de Chris Kraus, que tiene sexo a espuertas, que está realizada con estética hipster y que, sin embargo, habla de los problemas de un grupo de cuarentones y cincuentones. El porno planea por los seis episodios hasta ahora emitidos de las más extrañas maneras. En uno, se incluye en el metraje una de las performances de Annie Sprinkle, concretamente esa que invitaba a los espectadores a que inspeccionaran su vagina con un espéculo ginecológico; en otro, una de las protagonistas confiesa a cámara que ha escrito una tesis sobre el porno e incluso nos explica, con todo lujo de detalles, en qué consiste el ‘gaping’.

Hot Girls Wanted: Turn On (USA, 2017, 1 temporada): Producida por la actriz Rashida Jones, la miniserie recoge el testigo del documental ‘Hot Girls Wanted’, estrenado por Netflix el año pasado, y que ofrecía una visión desencantada (y moralista) del mundo del porno a través de los testimonios de varias chicas llegadas de toda América a Miami para dedicarse al triple X. Consta de seis episodios y lo cierto es que, con el material con el que cuenta, es un desperdicio de buenas historias servidas para reformular la tesis de que el porno es muy malo y engaña a las jovencitas inocentes para destrozarles la vida.

Veronica bajo tierra

El final de la serie ‘A dos metros bajo tierra’, estructurada en cinco temporadas, es una de las piezas cinematográficas más perfectas que se han realizado nunca para la televisión. Claire Fischer (Lauren Ambrose) conduce su coche por las carreteras americanas mientras, a modo de flash-forward, pasa por su mente el futuro de cada uno de los protagonistas de la serie: la muerte. En una obra como la de Allan Ball, en la que la muerte está presente en todos los capítulos, el final nos recuerda, de manera sublime, que todos acabaremos a dos metros bajo tierra.

Pero la magnífica serie de Allan Ball tiene un componente que la hace completamente diferente al resto de las emisiones televisivas, en un momento en el que vivimos la edad de oro de las series para televisión. Ese componente es el sexo. Los personajes se mueven por impulsos sexuales, esquivan la muerte haciendo el amor y, siguiendo a Woody Allen, tienen a ambos como motores vitales. ‘A dos metros bajo tierra’ incluye, asimismo, las relaciones homosexuales como parte de su trama. No en vano, el mediano de la familia Fischer es gay, vive en pareja y, en la última temporada de la serie, adopta dos niños en compañía de su compañero sentimental.

En el capítulo 5 de la primera temporada, ‘A dos metros bajo tierra’ rinde tributo al mundo del porno. Pero no lo hace de manera soez o burlona, como suele suceder en los programas de televisión que vemos habitualmente, sino de forma elegante. Jean Louis McArthur, más conocida como Viveca St. John, muere electrocutada en la bañera de su casa cuando su gato tropieza con un aparato de radio. En todo el episodio, la presencia de la antigua estrella del porno se hace evidente para quienes han de embalsamar su cuerpo, mientras que el funeral se convierte en el sentido homenaje a una persona que hizo con su vida lo que le apetecía y, además, defendió la libertad de expresión.

Freddy Rodriguez y Veronica Hart en ‘Six feet under’ (2001-2005).

El papel de Viveca St. John lo interpreta en la serie la exactriz, productora y directora Veronica Hart, uno de los nombres capitales en la historia del porno norteamericano. Con una breve pero notable carrera como actriz, que sólo se prolongó durante cuatro años, Hart representó el eslabón perdido en el porno americano, es decir, aquel tipo de intérpretes que eran, en primer lugar, actores y, después, sabían follar delante de las cámaras. Sus papeles en películas como Amanda de noche o El espejo de Pandora así lo atestiguan. Mas la trayectoria profesional de Veronica Hart no se acabó cuando dejó de actuar delante de las cámaras. Como productora, fue la descubridora de Michael Ninn, en películas como Sex o Latex, y como directora recuperó para el cine X a dos viejas glorias del porno clásico, Marilyn Chambers y Ginger Lynn.

A Hart, una mujer inteligente y comprometida con la profesión que le dio fama y dinero, se le atribuye la frase más genial que he leído jamás sobre el porno: “La diferencia entre el negocio del porno y el del cine convencional es que en el porno no tienes que follarte a nadie para conseguir un trabajo”. La declaración de principios, casi una máxima filosófica, de toda una señora del cine X. Como la retrata ‘A dos metros bajo tierra’ en el capítulo que habla del porno como una disciplina más. Como siempre la consideró Veronica Hart.