La sibarita del porno

La primera mitad de los años ochenta supone para el porno americano un punto de inflexión en su historia. El cine X estadounidense vivía entonces sus mejores años y se había desarrollado un star system que había favorecido la llegada a los platós de chicas de extraordinaria belleza, con más aspecto de modelos que de actrices, que acabarían revolucionando la forma de hacer cine para adultos. En este contexto, en 1984 apareció en los rodajes una chica de 18 años que había trabajado como modelo en algunas publicaciones eróticas, entre ellas la mítica ‘Seventeen’, y de la que nadie sabía gran cosa. Se llamaba Jennifer James, aunque figuraba en los créditos de las películas con el sugerente nombre de Angel, era alta, de cabello moreno, con un rostro bellísimo y una mirada que transmitía más candidez que vicio. Sin embargo, al verla en acción en las películas, la idea de candidez desaparecía de inmediato de la mente de los espectadores.

Al contrario de la mayoría de las estrellas contemporáneas a ella, que rodaban una media de cinco o seis películas al mes, como consecuencia de la política de avalancha de títulos que trajo consigo la generalización del vídeo como soporte de filmación, Angel seleccionó minuciosamente las ofertas de trabajo que recibía y rodó una media de seis películas al año. Se convirtió, por tanto, en una sibarita del porno, una mujer que prefería la calidad a la cantidad. Debutó en un clásico, ‘Matinee Idol’, de Henri Pachard, y rodó unas 25 películas, la mayoría de ellas interpretando papeles de jovencita inocente que se entrega al sexo de manera compulsiva, reforzando así su imagen ambivalente de niña buena en apariencia y volcán en erupción en el sexo.

Angel.

Un año después de su estreno en el porno, en octubre de 1985, Angel se convirtió en la primera actriz X que apareció en las páginas centrales de la revista ‘Penthouse’, una publicación que tenía como costumbre esquivar a las actrices porno a la hora de nombrar su ‘Pet of the Month’. De hecho, solo un puñado de actrices porno ha merecido tal honor en los últimos 50 años.

En 1989 decidió abandonar el porno sin dar demasiadas explicaciones, lo que contribuyó a alimentar los rumores sobre su vida, que realmente no conocía nadie en la industria. El principal cotilleo hablaba de que Angel tenía un novio que servía en la marina norteamericana en una misión en el extranjero y que había trabajado en el porno a espaldas de él durante los cinco años en que estuvo en activo. Al parecer, cuando el novio volvió de su aventura ultramarina, Angel dejó de trabajar como actriz X para borrar cualquier huella de su pasado.

Así fue, aunque volvió fugazmente en 1991 para participar en un par de películas. Pero sería su canto del cisne. Después de ese breve retorno, Angel desapareció como había llegado, sin que nadie haya tenido noticias de ella desde entonces. Solo nos quedan sus películas, verdaderas joyas cargadas de sexo y protagonizadas por una mujer de belleza excepcional que forma parte de los sueños húmedos de varias generaciones de pornófilos.

Deja un comentario