Space Girls

A medio camino entre “La guerra de las galaxias” y “La loca historia de las galaxias”, Jonathan Morgan se atrevió a parodiar el cine de ciencia-ficción adaptado al porno en un filme brillante, lleno de extraordinarios efectos especiales y con un reparto estelar.

Space Nuts. EEUU. 2003.

Actores: Stormy, Devinn Lane, Jessica Drake, Kailani Lei, Kim Chambers, Casey Pink, Katie Morgan, Amber Rain, Hollie Stevens, Evan Stone, Randy Spears, Kyle Stone, Shanna McCullough, Ron Jeremy, Mike Horner, Jim Enright.

Producción: Jonathan Morgan.

Dirección: Jonathan Morgan.

Probablemente debido a la complicación que suponen los efectos especiales, el porno se ha acercado en escasas ocasiones al cine de ciencia-ficción. Pero, cuando lo ha hecho, ha sido para realizar excelentes parodias del género, caso de la mítica “Las aventuras de Flesh Gordon”, de Michael Benveniste y Howard Ziehm, un clásico de 1974 que llegó a distribuirse en España en su versión “soft”.

Jonathan Morgan, uno de los directores más interesantes del porno en la actualidad, retomó esa línea paródica que se remonta a la prehistoria del género para realizar “Space Girls”, una divertidísima parodia del cine de ciencia-ficción que está a medio camino entre “La loca historia de las galaxias”, de Mel Brooks, y la saga “Star Wars” impulsada por George Lucas.

Con una exquisita puesta en escena, unos efectos especiales que no parecen sacados de un saldo para serie B y un importante elenco de actores y actrices, Morgan rodó, en agosto de 2003, esta película de más de tres horas de duración y diez escenas de sexo que copia la estructura dramática de “La guerra de las galaxias” para introducir el sexo en las complejas tramas siderales de conquista de estrellas, naves espaciales y mutantes diversos.

Considerada por la crítica americana como una de las grandes películas X de nuestro tiempo, “Space Girls” logró seis premios en la edición de 2004 de los AVN Awards, entre ellos el de mejor película de comedia y mejor actriz protagonista, en la figura de Evan Stone. Sin embargo, su sentido de la parodia sobre uno de los mitos de la cultura norteamericana no llegó a calar en España, ya que el filme no consiguió ninguno de los galardones importantes en el Festival de Cine erótico de Barcelona de 2005, pese a que fue alabada por la crítica especializada desde su lanzamiento en nuestro país.

STORMY

De ascendencia irlandesa y cherokee, Stormy (Baton Rouge, Louisiana, 17-3-1979) tenía vocación periodística desde sus tiempos de instituto, ya que escribía en la revista del centro escolar. Esa inclinación hacia la escritura no la ha perdido, pues colabora mensualmente en la versión americana de la revista FHM. En septiembre de 2000 comenzó a trabajar como bailarina erótica, pero no sería hasta mayo de 2002 cuando arrancó su carrera como actriz de cine X. Cuatro meses más tarde firmó un contrato en exclusiva con Wicked Pictures de cuatro años de duración. En 2004 recibió el premio a la mejor starlette del año en los AVN Awards, el primero de los muchos galardones que ha logrado a lo largo de su carrera esta actriz que también ha trabajado en la industria como guionista, productora y directora, y que se postula como la principal sucesora de Jenna Jameson en el cine X norteamericano.

JONATHAN MORGAN

Tras unos años como eficaz secundario de muchas de las películas americanas de principios de la década de los 90, Scott Gallegos (Nueva York, 5 de febrero de 1966) comenzó a dirigir algunas películas de baja calidad, como muchos de sus compañeros de profesión, en 1994. Ya entonces apuntaba cierta preocupación por respetar la vertiente cinematográfica del género, lo que daría sus frutos cinco años después al ser contratado por Wicked Pictures para dirigir una serie de películas de gran presupuesto. En ellas, Morgan se reveló como el más firme sucesor de Paul Thomas, es decir, un realizador que, tras una brillante carrera como actor, se convertía en excelente director de cine X. La confirmación llegaría en 1998, año en que su película «La noche de los zombies calientes» batió el record de premios en la gala anual de los AVN Awards, los oscar del porno.

Publicado en Interviu en agosto de 2006.

La actriz X favorita de Trump

Lo primero que tuvo claro cuando era una niña Stephanie Clifford es que quería ser periodista. Su vocación era ser parte de la redacción de alguno de los grandes periódicos que se publican en los Estados Unidos y, quién sabe, ganar algún día el Premio Pulitzer con uno de sus artículos. Nacida en Baton Rouge, Luisiana, en marzo de 1979, Stephanie fue la directora del periódico de su instituto y escribía cuentos cortos y poesía en su adolescencia y juventud. Con ese fin y aprovechando su físico privilegiado, decidió ganarse unos dólares como stripper mientras pensaba en cómo conquistar el mundo con sus textos. Tenía entonces 18 años y poco imaginaba que el mundo del entretenimiento para adultos acabaría convirtiéndose no solo en su profesión, sino en un instrumento para desarrollar su creatividad.

En 2000, cuando no había cumplido los 21 años, su compañera de baile Devon Michaels, con la que había coincidido en varios clubes de Luisiana, la invitó a visitar Los Ángeles y, si le apetecía, participar en alguna de las películas lésbicas que ella grababa. Stephanie, buena aficionada al porno, pensó que aquello podría ser divertido y accedió a transformarse en actriz lésbica, en una época en la que dicha categoría ni siquiera existía dentro del porno americano, con el nombre de Stormy Daniels. Dos años más tarde, en septiembre de 2002, la productora Wicked Pictures la contrató en exclusiva para convertirla en la sucesora de Jenna Jameson. Curiosamente, la primera película para Wicked en la que tuvo sexo con un hombre, ‘Heat’, fue dirigida por el exmarido de Jenna, Brad Armstrong, quien también la «desvirgó» en la pantalla.

En 2004, Stormy cumplió su sueño: convenció a los ejecutivos de Wicked de que podía escribir sus propios guiones y dirigir películas X. Debutó como directora con ‘One Night in Vegas’ y, en los años siguientes, fue una de las directoras estrellas de la productora, además de actuar y ser la actriz X más importante de la segunda mitad de la década pasada. Incluso Hollywood llamó a su puerta para ofrecerle un pequeño papel en la comedia de Judd Apatow ‘Virgen a los 40’, en la que se interpreta a sí misma.

Donald Trump y Stormy Daniels en 2006.

En pleno cénit de su carrera, Stormy acudió a un torneo de golf para famosos en Lake Tahoe, donde entabló amistad con el multimillonario empresario Donald Trump. Al parecer, Trump y Daniels tuvieron un encuentro sexual que ahora se ha sabido que acabó con el pago de 130.000 dólares por parte del actual presidente de los Estados Unidos para que la estrella del porno USA callara sobre lo que allí sucedió. Trump estaba ya casado con Melania, primera dama de los Estados Unidos, y Stormy era soltera.

Más allá de esta extraña historia, que ahora ha rescatado del olvido a Stormy Daniels para los aficionados al porno, la actriz de Luisiana ha tenido una trayectoria muy activa en los últimos años. En 2009 intentó presentarse a senadora por su estado natal, después de que un grupo de fans la empujara a hacerlo para luchar contra la corrupción política y desbancar a David Vitter, candidato republicano, que fue acusado de regentar un prostíbulo de lujo en Washington DC. Finalmente, Daniels no se presentó a las elecciones, pero unos meses después se afilió al Partido Republicano (por el que Trump ganó las elecciones a la presidencia), en el que milita activamente desde entonces.

Aunque nunca ha abandonado oficialmente su trabajo en el porno, cada vez se prodiga menos en películas, tanto en su papel de directora como de actriz, y vive plácidamente en Dallas, Texas, desde hace tres años gestionando su propia página web.