Depravadas

El estilista Michael Ninn recibió el encargo de asumir la dirección de la quinta entrega de la serie ‘New Wave Hookers’ que había abandonado Gregory Dark. Aportó su particular visión de las «chicas de la nueva ola» con una imaginación desbordante al servicio de un torrente de imágenes impactantes.

New Wave Hookers 5: The Next Generation. EEUU. 1997.

Actores: Juli Ashton, Vicca, Jeanna Fine, Anna Malle, Sunset Thomas, Stacy Valentine, Felecia, Sindee Coxx, Asia Carrera, Sharon Kane, Nikita, Lea Martini, Kim Kitaine, Ashlee Renee, Roxanne Hall, Peter North, Jeremy Steele, Mark Davis, Sean Michaels, Nick East, Eric Monte, Dave Cummings, Sean Rider, Ron Jeremy, Scotty Schwartz, Bruno Assix, Jamie Gillis, J.J. Michaels.

Producción: Jane Hamilton.

Dirección: Michael Ninn.

A comienzos de 1996, Gregory Dark abandonó la VCA Pictures para fundar su propia productora, DarkWorks. Automáticamente, los derechos de producción de sus dos series más famosas, ‘New Wave Hookers’ y ‘Devil in Miss Jones’ quedaron en manos de la VCA para su posterior explotación. Atrás había quedado una fructífera colaboración de doce años en la que Dark había exteriorizado su onírica y directa visión del sexo a través de dos sagas que habían afianzado su estilo entre los aficionados.

VCA confió la quinta parte de ‘New Wave Hookers’ a la productora y ex-actriz de cine X Jane Hamilton. Obsesionada por la capacidad visual de las anteriores entregas de la saga, Hamilton nunca pretendió una ruptura radical con los planteamientos de Dark y buscó un director que pudiera aportar su propia personalidad a la herencia del visionario realizador de las cuatro primeras entregas. Lo encontró en Michael Ninn, viejo colaborador de los proyectos de alto presupuesto de Hamilton, quien ya había filmado los filmes más ambiciosos producidos por ella, como ‘Sex’ o ‘Latex’.

El trabajo de Michael Ninn no fue nada fácil, pese a contar con numerosos medios materiales para llevarlo a cabo. Hamilton puso a su disposición los últimos avances tecnológicos para que el producto fuera tremendamente atractivo desde el punto de vista visual, y Ninn se entregó a una titánica labor de postproducción con hasta seis paquetes de software de última generación para transformar a los personajes de su película. Sin embargo, el filme necesitaba mantener el tono desenfadado de comedia negra que había caracterizado los anteriores. Y a ello contribuyeron, en gran medida, los actores elegidos por Hamilton y Ninn. En papeles sin participación sexual, Ron Jeremy interpreta a un personaje próximo a los héroes del cómic (que recuerda, gracias a los efectos especiales, al Jim Carrey de ‘La máscara’) y Jamie Gillis revive su papel en la primera película de la serie. Al lado de estos dos veteranos figuraba el joven Scotty Schwartz, un antinguo actor infantil que probaba fortuna en el mundo del porno, en un delirante guiño al espíritu provocador de Dark.

Pese a la brillante factura de ‘Depravadas’, la película causó cierta controversia entre la crítica, acostumbrada a la estética oscura de Gregory Dark en la serie. Ninn se internó en los terrenos de la comedia por primera vez en su carrera y lo hizo con un arsenal de imágenes impactantes y una carga de imaginación que lo hizo digno sucesor de la mirada desencantada de su predecesor. Porque, como afirmó un sector de la crítica, Michael Ninn y Gregory Dark eran las dos caras de la misma moneda y, donde en Dark hay visceralidad a la hora de retratar el sexo, en Ninn encontramos el cerebro puesto al servicio de un estilo altamente depurado. Pero ambos se apoyan sobre los mismos pilares: una música que engrandece las secuencias de sexo y un afán por elevar el cine X a la categoría de arte.

FELECIA, ENTRE MUJERES

Felecia forma, junto a Caressa Savage y Janine, la trilogía de grandes estrellas del cine X que sólo trabajan con mujeres delante de las cámaras. Nacida en Tacoma (Washington) en 1973, entró en el porno a los 20 años empujada por su amiga Celeste, quien le presentó a Bruce Seven, su verdadero descubridor. De carácter apocado, Felecia puso como única condición para actuar que únicamente participaría en escenas lésbicas. Desde entonces ha intervenido en más de 300 películas, entre ellas ‘Depravadas’ y ‘Shock’, de Michael Ninn, o ‘La frontera’, de Paul Thomas, convirtiéndose en una de las actrices punteras de final de siglo. Bisexual en su vida privada, Felecia aceptó protagonizar una escena heterosexual en ‘Dirty Debutantes 8’, de Ed Powers, junto con su marido, aunque no descarta repetir esporádicamente sus contactos con hombres en próximos filmes.

SINOPSIS ARGUMENTAL

El Profeta Chulo (Prophet Pimp) llega al Paraíso, el servicio de acompañamiento del Cielo. Es el más grande en su profesión y presenta un aspecto casi demoníaco, porque desde allí controlará toda la corte de chicas de la nueva ola. Uno de sus científicos desarrolla una máquina de transferencia de la imagen psicológica, que proyecta imágenes en una pantalla virtual extraídas directamente desde la mente de los humanos. Pero ese invento tiene un peligro: puede convertir a quienes crucen la línea del deseo en criaturas virtuales. La máquina reproducirá las fantasías sexuales surgidas de la mente de todos aquellos que deseen introducirse en el mundo del gran proxeneta.

Publicado en Interviu, dentro de la colección ‘Las mejores películas del cine X’, en diciembre de 2001.

Toda mujer tiene una fantasía

La mayor aportación al cine X de Edwin Durell es la saga “Every woman has a fantasy”. Compuesta por tres entregas independientes entre sí, son el referente más importante del género en las llamadas “couple movies”, películas que tienen a la pareja como centro de su trama argumental.

Every Woman Has a Fantasy 3. EEUU. 1995.

Actores: Juli Ashton, Steve Drake, Felecia, Misty Rain, Vanessa Chase, Ariana, Kia, Jordan St. James, Amber Woods, Melissa Hill, Krista Maze, Rebecca Bardoux, Candi Connor, Vince Voyeur, Steven St. Croix, Peter North, Alec Metro, Ron Jeremy, Jon Dough, T.T. Boy, Adams Wilde, Dave Cummings, Gerry Pike, Jake Steed, Roxanne Hall, Tom Byron.

Producción: Sandra Winters.

Dirección: Edwin Durell

Pese a no figurar entre la pléyade de grandes directores de la edad dorada del porno norteamericano, el nombre de Edwin Brown, alias Edwin Durell, simboliza el esfuerzo de un género por dignificarse a través de un cine X que toma a la pareja como punto de partida para desarrollar unas tramas en las que la imaginación y los sueños asumen un papel protagonista. Son las couple movies, películas pensadas para ver en pareja y que muchos críticos han identificado como “pornos orientados al público femenino”.

De hecho, los filmes de Durell están concebidos desde la pareja. Desde comienzos de la década de los 80, Edwin Brown y su mujer Summer, ocultos bajo los seudónimos de Edwin Durell y Sandra Winters, trabajan juntos, él como director y ella como productora y guionista, con la idea de realizar un porno con elementos cinematográficos en el que el sexo esté supeditado a la acción y no al contrario. Sus dos primeros grandes éxitos, ‘Irresistible’ y ‘Naughty Girls Need Love Too’, ambos de 1983, levantaron admiración entre la crítica por su sentido de la sensualidad, que ponía un especial énfasis en la recreación de los sueños desde la sugestiva mirada de unos personajes muy trabajados, y con agradables toques de comedia.

En 1984, Durell dirigió la primera entrega de la saga que le abrió las puertas de la historia del cine X. Con guión de su esposa, ‘Every woman has a fantasy’ nos introduce en el mundo de un matrimonio que se revela sus fantasías eróticas en un juego para mejorar su vida sexual. Con John Leslie y Rachel Ashley como protagonistas, la película fue elegida por la Organización de Críticos de Cine X como la mejor del año y quedó finalista en la gala de los Oscar del porno.

Dos años después apareció la secuela. John Leslie repetía papel estelar en ‘Every woman has a fantasy 2’, esta vez con Lois Ayres como partenaire. En la segunda parte, el matrimonio protagonista está formado por una escritora de éxito y su celoso marido, centro de las más variadas ensoñaciones de ella. De nuevo la Organización de Críticos eligió al filme como mejor de un año en el que Durell conseguiría un histórico doblete: ‘Edwin Durell’s Dreamgirls’ se alzó también con el honorífico título de película rodada en vídeo del año.

Tras nueve años de silencio, en 1995 Durell volvió a la carga con la tercera entrega, justo en el momento en el que el cine X se deshacía de la carga narrativa que lo había hecho grande a lo largo de la historia. En ‘Toda mujer tiene una fantasía’, Durell contó con un alto presupuesto al servicio de su imaginación y su habilidad como artesano del género. En el panorama del porno a mediados de los 90, un soplo de vitalidad en forma de buena fotografía, cuidada producción y elaborada selección de los actores devolvía al porno el esplendor de su época gloriosa. Conformada por diez tórridas escenas de sexo, ‘Toda mujer tiene una fantasía’ nos presenta un completo catálogo de especialidades del mainstream adornando una historia que sigue focalizando en la pareja el punto de partida para rescatar el elemento cinematográfico en un género que cada vez prescinde más de él para convertirse en un muestrario de sexo puro y duro.

JULI ASHTON, LA PROFESORA DE SEXO

Nacida en Colorado en 1973, Juli Ashton fue profesora de español en Florida antes de trasladarse a California, donde entró en contacto con el mundo del porno, en 1994, después de trabajar como stripper. Debutó en el cine X en un papel secundario a las órdenes de Cameron Grant en ‘The Dinner Party’. Gracias a una agresiva campaña promocional de su mánager Lucky Smith, el apoyo de su compañía VCA y sus encantos naturales, Juli se convirtió en una de las actrices más prometedoras de su generación, hecho que le facilitó participar en películas como ‘Latex’, de Michael Ninn, o ‘Devil in Miss Jones 5’, de Gregory Dark. Apasionada de los ordenadores y de Internet (responde personalmente a los e-mails de sus admiradores), Juli Ashton sigue en activo como una de las indiscutibles reinas del porno norteamericano.

SINOPSIS ARGUMENTAL

Una ama de casa insatisfecha encuentra en sus fantasías el placer que su propio marido no le proporciona. Sueña con sementales potentes que llenen sus ansias sexuales, con vivir una experiencia lésbica en compañía de dos amigas y con participar en una multitudinaria orgía. No satisfecha con utilizar la imaginación, la mujer se emplea en un “peep-show”, donde actúa en un número erótico y donde el sexo está a flor de piel, mientras continúa soportando su aburrida vida de casada convencional. Pero pronto se dará cuenta de que no podrá seguir llevando esa doble vida durante mucho tiempo, porque, a través de sus experiencias extramatrimoniales tropezará con los verdaderos secretos de su pareja.

Publicado en Interviu, dentro de la colección ‘Las mejores películas del cine X’, en mayo de 2001.