Skin-Flicks

Una de las películas más personales de Gerard Damiano es esta reflexión sobre la industria del cine X en la que aparece el propio director parodiándose a sí mismo y en la que ofrece una visión desencantada de la industria

Skin-Flicks. EEUU. 1978.

Actores: Tony Hudson, Sharon Mitchell, Jamie Gillis, Beerbohm Tree, Beth Anna, Coleen Davis, Herschel Savage, Victoria Corsaut, Bob Kerman, Gerard Damiano, Jill Monroe, Marisa Lyon, Tony Mansfield, Gina Harlow, Joey Silvera, Joan Parker.

Producción: Gerard Damiano.

Dirección: Gerard Damiano.

Sepultada por la fama de películas como Garganta profunda, El diablo en la señorita Jones, Memories within Miss Aggie o Historia de Joanna, Skin-Flicks no goza del impacto mediático de las que, para la crítica, son consideradas obras maestras de Damiano. Sin embargo, el paso del tiempo ha provocado que esta película sobre el porno por dentro, en la que Damiano vuelca todas sus frustraciones con una industria a la que ve encaminarse hacia ninguna parte, sea valorada en la actualidad como uno de los filmes más sólidos de su realizador.

Al, un tipo despiadado con marcado acento italiano, produce la película de Harry, un director con ambiciones artísticas que trabaja en el cine porno con la idea de, en un futuro, dar el salto al cine convencional. Harry se considera un artista, un creador que tiene mucho más que ofrecer al espectador que una concatenación de polvos más o menos bien filmados y que pasa por dificultades para acabar su último filme, en el que quiere dejar su sello personal. Ante la insistencia de su agente, Harry acude a ver a Al y le expone sus problemas. La única respuesta que encontrará será que termine la película cuanto antes, que para eso le pagan. En el transcurso del rodaje de la película X que dirige Harry, este conoce a Susan, una encantadora joven cuya ambición es triunfar en el cine, poner su granito de arena para que el porno que hace Harry también pueda ser arte. Ambos se enamoran, pero entonces surgirá un elemento de discordia. Norman, un ejecutivo de publicidad que espera invertir en el lanzamiento de la película de Harry, ha visto todas las películas en las que participa Susan y ha quedado prendado de su inocencia. Tras un breve acercamiento en el que Susan le confiesa que, fuera de los platós, busca una relación estable y no sexo sin compromiso, Norman decide raptar a Susan y someterla a una sesión de humillación ante la negligencia de su amante, más preocupado de acabar la película que tiene entre manos por las presiones de los productores que del bienestar de la persona a la que ama.

Sobre esta base argumental se edifica un filme que destripa sin piedad los entresijos de la industria norteamericana de cine X a finales de la década de los 70. Los tiempos del “porno chic” han pasado y el espectador exige cada vez más sexo en las películas y menos pretensiones de hacer cine de autor. Damiano, que siempre apostó por el porno como un páramo de libertad se dio cuenta antes que nadie y, con Skin-Flicks lanza un aviso para navegantes de lo que, sólo una década después, iba a ocurrir en el porno americano. No se detiene ahí, porque Damiano trufa su película de elementos autobiográficos para ajustar cuentas con el tipo de cine que lo convirtió en un mito. Desde el personaje de Al, que interpreta el propio director, un retrato de esos mafiosos de mal gusto que controlaban el negocio de la pornografía desde un triste club de estriptis, hasta la personalidad de Harry, un sosias de Damiano por su visión del cine porno como medio de crear arte y por sus problemas con productores sin escrúpulos, agentes de medio pelo y ejecutivos que sólo actúan en beneficio propio, pasando por el retrato de las actrices, unas con idea de ser algún día alguien en el cine convencional y otras con el propósito de trabajar como sea en un filme X, los personajes de Skin-Flicks parecen llevar nombres y apellidos conocidos, aunque la ficción los haya transformado en Harry, Al, Susan, Max o Norman.

Damiano siempre supo lo que se hacía. Su cine tiene la sutileza que sólo aparece cuando quien está detrás de la cámara es un tipo inteligente. Y alguien como Damiano, que levantó la bandera del cine de autor en el porno durante 20 años, lo es.

Publicado en pacogisbert.com en junio de 2009.

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